Las tarjetas son medios de pago que permiten que el cliente pueda abonar compras y servicios, o incluso aplazar los pagos, sin necesidad de llevar dinero en efectivo o de realizar engorrosos trámites con su banco. Con solo pasar uno de estos plásticos por un datáfono o con facilitar los datos que los identifican, podrás llevar a cabo la operación.
En el mercado puedes encontrarte con tres tipos de tarjetas bancarias:
Las tarjetas de crédito son medios de pago que permiten financiar compras y pagos, normalmente, a cambio pagar intereses por la operación, igual que ocurriría con un préstamo. Eso sí, el coste de usar una tarjeta de crédito dependerá de la forma de pago que elijas:
Entre las ventajas de las tarjetas de crédito destaca que:
A la hora de utilizar una tarjeta de crédito, debes tener en cuenta que podrás elegir entre distintas formas de pago.
Devolución al mes siguiente: el cargo de la compra que se realiza en un mes se suele pasar a la cuenta del usuario en los primeros días del mes siguiente (entre el 1 y el 5, normalmente). En este caso, muchos bancos no aplican intereses por realizar la operación y, si lo hacen, suelen ser menores a los que se cobrarían con la modalidad de pago aplazado o revolving.
Revolving o de pago aplazado: permite que el cliente bancario aplace el pago de una compra en distintas mensualidades. En concreto, los bancos suelen permitir que el cliente elija entre dos opciones: fijar el número de meses en los que devolverá su deuda (pago aplazado) o establecer una cuota fija mensual, que será lo que abone hasta dar por finiquitada su deuda (pago revolving). El interés que se cobra en estas modalidades suele ser mayor que el que habría que abonar con el pago al mes siguiente.
Las tarjetas de débito son aquellas que permiten que el consumidor realice pagos o compras con cargo a una de sus cuentas bancarias. Es decir, los bienes o servicios que se abonen con este tipo de medios de pago se pagarán con el dinero que tengas en tu cuenta. Por tanto, si no tienes dinero, no podrás pagar con tu tarjeta de débito.
Las tarjeta de débito son especialmente adecuadas para varios tipos de operaciones:
Las tarjetas de débito y crédito se diferencian por la forma en la que te dejan disponer del dinero: con las de débito solo podrás usar el saldo que tengas en tu cuenta bancaria, mientras que con las de crédito, el banco te adelanta una cantidad de dinero que puedes devolver en un tiempo (a principios del mes siguiente) y en cómodos plazos (pago aplazado y revolving).
Otra importante diferencia entre ambos tipos de tarjeta es que pagar con la de débito no te costará nada: es decir, el banco no te pedirá nada por usarla. En cambio con la de crédito, aplazar las compras siempre tiene un gasto: bien sean intereses (expresados en forma de TIN), comisiones o ambas cosas a la vez. La única excepción es la del pago a fin de mes o principios del mes siguente: en este caso, prácticamente ningún banco te cobrará nada por la operación.
Las tarjetas de débito-crédito son aquellas que se pueden utilizar para pagar a débito (usando el dinero que tengas una cuenta) o a crédito (pidiendo dinero prestado al banco). En algunos casos, las tarjetas de débito-crédito permiten realizar cualquier operación (pagar compras, sacar dinero en cajeros, etc.) en cualquiera de sus modalidades, mientras que otras limitan su uso: por ejemplo, permiten sacar dinero solo a débito, pero permiten abonar las compras tanto a débito como a crédito.
Las tarjetas monedero son medios de pago que solo permitirán pagar con la cantidad que previamente se haya cargado en ellas. Por tanto, no están vinculadas a una cuenta bancaria, de ahí que resulten especialmente seguras para operaciones como las compras por Internet, o que resulten útiles para regalar dinero en efectivo a alguien.
Además de su seguridad, una de las ventajas de las tarjetas monedero es que permiten llevar un control de los gastos, al tener siempre un tope máximo para gastar. Por esa razón, pueden ser el tipo de tarjetas más prácticas para los clientes bancarios más jóvenes.
Las tarjetas de fidelización son un tipo de tarjeta de crédito vinculada a una marca comercial que, además de permtir aplazar las compras, te ofrece determinadas ventajas específicas: descuentos, programas de puntos, acceso anticipado a ventas de productos, acceso a experiencias, participación en sorteos, etc.
Las tarjetas suelen estar sujetas al pago de comisiones, aunque muchas se pueden evitar si cumples con las condiciones que ponen las entidades. Las principales comisiones son:
Existen varias formas de pagar con tarjeta:
Normalmente, las entidades solo te pedirán tener más de 18 años para conseguir una tarjeta de débito o de crédito, aunque existen algunas tarjetas de débito y tarjetas monedero que están diseñadas para clientes menores de edad.
Más allá de este requisito, otros requerimientos que podrían pedirte los bancos son:
Las tarjetas de crédito son un medio de pago que permite al usuario utilizar dinero que le presta el banco, es decir, un importe que no tiene en su cuenta pero que la entidad te presta. Las tarjetas de crédito ofrecen al consumidor distintas formas de devolver su deuda: pagarla todo de golpe a principios del mes siguiente, aplazarla en varios meses o fijar una cuota fija para pagar cada mes hasta darla por finiquitada. Además, con el avance de las nuevas tecnologías, cada vez son más las tarjetas de crédito que funcionan como tarjetas online: es decir, como medios de pago que se pueden obtener a golpe de clic, de una forma rápida, sencilla e, incluso, sin cambiar de banco.
Para que elijas aquellas tarjetas de crédito que se ajusten mejor a tu perfil, te recomendamos que utilices comparador de tarjetas de crédito como el que te ofrece Kelisto, con el que podrás conocer, de forma rápida y sencilla, cuál es la tarjeta bancaria que más te interesa contratar.
Las tarjetas de débito son medios de pago que permiten que el consumidor pague con el dinero que tiene en su cuenta bancaria, tanto al efectuar sus compras como al sacar dinero en cajeros. A diferencia de lo que ocurre con las tarjetas de crédito -que permiten que el usuario disponga de un dinero que, inicialmente, no tenía-, con estas tarjetas bancarias sólo podrás realizar operaciones con dinero que te pertenece.
Si te preguntas cómo puedes hacerte con una tarjeta de débito, debes saber que, normalmente, se contratan junto a una cuenta corriente o nómina y que, además, la mayoría son tarjetas online, es decir, que las podrás contratar a través de Internet. Ahora bien, para encontrar la oferta del mercado, te aconsejamos que utilices un comparador de tarjetas con el que podrás dar con las mejores tarjetas bancarias.
Las tarjetas monedero son medios de pago que funcionan, como su nombre indica, igual que si fuesen una cartera: es decir, el consumidor solo podrá pagar con el dinero que haya metido previamente en ellas. Se trata de opciones especialmente utilizadas, por ejemplo, para realizar un regalo en forma de dinero a alguien o para el pago por Internet (por su seguridad, ya que no están vinculadas a ninguna cuenta). Por esa razón, cada vez son más tarjetas online que puedes contratar con función monedero. Además, algunas de estas tarjetas bancarias ni siquiera tienen soporte físico, sino que funcionan como tarjetas virtuales: es decir, solo necesitarás tener una numeración y una clave para poder operar con ellas por Internet.
Si quieres conocer cuál es la oferta que mejor se ajusta a lo que estás buscando, te sugerimos que uses un comparador de tarjetas que te muestre el listado de las tarjetas monedero que apliquen las condiciones más atractivas del mercado.