Antes de decidir cuál de las tarjetas de Cajamar te conviene más, es importante que sepas que la entidad cuenta con plásticos de debito y monedero y que, aunque con su catálogo cubra las principales características que suelen buscarse en estos productos, cada uno está orientado a un tipo concreto de servicios.
Antes de entrar a lo concreto de cada modalidad, todas las tarjetas de Cajamar , como las de cualquier otra entidad, no siempre son gratis. En algunos casos te tocará pagar por la emisión del plástico o por seguir manteniéndolo cada año. También es habitual que las tarjetas de Cajamar estén vinculadas a las cuentas del banco, es decir, que tendrás que ser titular de estos productos de la entidad –o mover ahí tus ahorros- para poder contratarlas.
Con las tarjetas de débito de Cajamar , de hecho, podrás pagar desde tu cuenta siempre que la utilices. También sacar dinero en efectivo gratis dentro de la red de cajeros de la entidad, o fuera pagando una comisión. Hay una limitación en las tarjetas de débito de Cajamar a tener muy en cuenta: si agotas tu saldo y no te das cuenta, puedes quedarte en números rojos, y casi siempre te tocará pagar por ello. Alternativamente, es posible que la entidad no te permita realizar tu compra o retirada de efectivo sin cobrarte por ello.
Las tarjetas de débito son en casi todos los casos tarjetas vinculadas, es decir, solo puedes hacerte con ellas si también abres una cuenta en la entidad bancaria emisora. Por tanto, deberás prestar atención a las condiciones de estos depósitos a la vista antes de decidir si contratas la tarjeta o no.
Para que no tengas que llevar siempre encima un plástico con acceso a todo tu dinero, puedes optar por una tarjeta monedero de Cajamar. Es posible que las conozcas como tarjetas de prepago, y en ellas puedes cargar la cantidad que quieras (con una transferencia desde tu cuenta) para pagar cuando lo necesites. Como ocurre con las de débito, tu tarjeta monedero de Cajamar tendrá la restricción de tu saldo.