Las tarjetas de Cajasiete forman parte del catálogo de productos de la entidad, y se comercializan como plásticos de débito y de crédito. Con ambas modalidades el titular debe estar atento a posibles comisiones: las más habituales tienen que ver con la emisión del producto –un pago único- y con su mantenimiento –que casi siempre se cobra anualmente-.
Otra particularidad de las tarjetas de Cajasiete es que están vinculadas a las cuentas de la entidad, así que tendrás que revisar si te compensa ser titular también de este producto –con las condiciones y limitaciones del mismo-.
Con las tarjetas de débito de Cajasiete el funcionamiento es muy sencillo: al hacer tus pagos tirarás del saldo de tu cuenta, y desde la red de cajeros del banco podrás retirar efectivo cuando lo necesites. ¿Qué pasa si no controlas los gastos de tu tarjeta de débito de Cajasiete y sobrepasas el límite de tu cuenta? Con algunas entidades esta situación ni siquiera es posible, porque si no tienes suficiente ingresado en el momento, te anularán la compra. Si te dejaran realizar la transacción, acabarías en negativo, y es muy probable que cuando vuelvas a tener dinero te cobren una penalización por haberte quedado en números rojos.
Claro que a veces los plásticos son un método de financiación, como ocurre con las tarjetas de crédito de Cajasiete. Al hacer compras con ellas, el banco te adelantará el dinero y podrás retrasar el momento del pago. Es posible que tu línea de crédito tenga también limitaciones de gasto, o que a la hora de devolver lo abonado –especialmente si quieres dividir en cuotas mensuales la amortización de la deuda- te cobren intereses.
Para que los gastos de tu tarjeta de crédito de Cajasiete no se acaben disparando, no tienes que perder nunca de vista estos costes, que vienen expresados como comisiones o como un TIN (Tipo de Interés Nominal).