Uno de los bancos más grandes del país, también cuenta con uno de los catálogos más amplios. Si solo nos fijamos en las tarjetas del Banco Santander, encontraremos varias opciones para los dos tipos de productos que se comercializan: tarjetas de débito y de crédito. Cada una está sujeta a un tipo de condiciones, y no todas pueden usarse de la misma forma, por lo que es importante que dediques unos instantes a familiarizarte con sus principales características.
Si eres titular de alguna de sus cuentas, es posible que te hayan ofrecido una tarjeta de débito del Banco Santander para poder hacer compras con el dinero que tengas ingresado cuando no tengas efectivo. Y, al revés, cuando necesites liquidez, podrás hacer extracciones usando este plástico en la red de cajeros de la entidad. Claro que el máximo del que dispondrás en tu tarjeta de débito del Banco Santander depende de los ahorros de tu cuenta, así que debes tener cuidado por si superas el saldo. En este caso, o bien anularían tus pagos o bien acabarás pagando una comisión por haberte quedado en números rojos.
En caso de que no dispongas de dinero para hacer una compra que no puedes postergar, puedes plantearte adquirir una tarjeta de crédito del Banco Santander. Esta puede servirte como método de financiación, porque es el banco el que te adelanta los pagos de tus compras para cobrártelos al mes siguiente. Como harías con un préstamo, también tienes opción para decidir los plazos y las condiciones de la devolución, aunque en este caso podrían cobrarte intereses por tu uso de la tarjeta de crédito del Banco Santander. Para evitar que no puedas afrontar tus deudas, te aconsejamos calcular antes de activarla si te compensa el total que tendrás que asumir.
Las tarjetas de Banco Santander están vinculadas a las cuentas bancarias de la entidad presidida por Ana Patricia Botín, por lo que, si te interesa alguna, merece la pena que te informes sobre los costes y condiciones de estos depósitos a la vista.