Los préstamos de Abanca son uno de los productos de financiación que ofrece la entidad. Si necesitas una ayuda para un gasto que se te va del presupuesto o quieres repartir en cuotas una compra demasiado cara, esta puede ser una opción para no renunciar a tus proyectos.
Los hay de otros tipos, pero los que encontrarás en el catálogo de Abanca son préstamos personales. Estas ayudas pueden ser generales –de forma que el titular administre libremente el importe que le dejen- o estar diseñadas para un fin concreto –por ejemplo, para la compra de un coche, una reforma del hogar o un viaje-.
En cualquier caso, el aspecto más importante en el que debes fijarte al contratar un préstamo personal de Abanca es el interés que te cobrarán, así como el coste de cada cuota. Para que puedas calcular el precio final del producto, el banco te facilitará el TIN (Tipo de Interés Nominal) y la TAE (Tasa Anual Equivalente). Además, podrías encontrarte con alguna comisión extra. Las más comunes son las del gasto por la gestión de apertura o por el estudio para decidir si tu situación te permitirá asumir la devolución del importe.
Por otro lado, al contratar el préstamo personal de Abanca podrás elegir cuánto solicitas y el periodo para reembolsarlo, siempre dentro de los límites mínimo y máximo que establece la entidad. Si decidieras amortizar la deuda sin que haya cumplido el vencimiento, podrás solicitar la cancelación anticipada de tu préstamo de Abanca , pero la entidad podría cobrarte una penalización por ello.
Antes de contratar un préstamo de Abanca , te aconsejamos que revises si podrás asumir las cuotas pactadas, ya que de lo contrario podrías entrar a formar parte de las listas de morosos. Por eso, lo primero que siempre recomendamos hacer es analizar todas las ofertas disponibles en el mercado hasta dar con la que más barata te salga y mejor se adapte a tus necesidades.