El comparador de préstamos personales de Kelisto es una herramienta online que te permitirá, en unos instantes, comparar todas las ofertas del mercado para encontrar la que mejor se adapta a tus intereses y necesidades. Antes de acceder al comparador te solicitaremos algunos datos, como el importe que necesitas y a qué quieres destinarlo. Con esa información, el comparador de hipotecas fijas de Kelisto te mostrará todos los productos que comercializan los bancos y financieras, el interés de cada uno y sus principales características. Además, desde nuestra herramienta podrás iniciar el proceso de contratación de la oferta que más te interese sin moverte de casa.
Por supuesto. En nuestro comparador de préstamos personales encontrarás información completa y fiable, ya que te mostramos información de todas las ofertas del mercado. Eso significa que podrás encontrar todas las ofertas de financiación de bancos y empresas especializadas que, o bien dispongan de información estándar en su página web, o bien nos faciliten información suficiente para poder ser clasificadas en nuestra herramienta.
Sí, la información del comparador de préstamos personales de Kelisto siempre se mantiene actualizada. Nuestros expertos revisan el mercado cada mes entre los días 1 y 10 para actualizar todas las ofertas existentes, retirar las que hayan sido descatalogadas y añadir las nuevas. Además, estamos permanentemente atentos a cualquier modificación que los bancos pudieran comunicarnos para actualizar los datos de cada préstamo personal lo más rápido posible.
Los préstamos personales son productos de financiación que permiten que un consumidor disponga de una determinada cantidad de dinero que tendrá que devolver en un plazo previamente pactado y junto al pago de unos intereses y, en algunos casos, de unos gastos generados por la operación.
Estos préstamos personales (también denominados préstamos al consumo) pueden ser de distinto tipo en función de la finalidad a la que se destinen: de hecho, en el mercado se pueden encontrar préstamos para comprar un coche, para la reforma de una vivienda, préstamos para estudios, para viajes o para reunificación de deudas. Si lo que necesitas es dinero rápido, también podrías optar por minicréditos y préstamos rápidos sin nómina y, si tu problema es que figuras en un listado de mororosos, algunas entidades comercializan préstamos con ASNEF.
Además, se pueden solicitar a través de distintos canales. Si hasta hace unos años, lo normal era que solo pudieras hacerte con uno de estos productos acudiendo a la sucursal de un banco, actualmente es muy habitual que puedas solicitar préstamos online: es decir, ofertas que se tramitan directamente por Internet, de una forma sencilla, ágil y rápida.
Para poder acceder a los mejores préstamos personales, la entidad que lo vaya a conceder tendrá que analizar detenidamente la situación financiera de sus clientes y, especialmente, su solvencia. Para ello, antes de que se conceda, el cliente tendrá que presentar varios documentos entre los que pueden figurar. Normalmente, este tipo de exigencias se requieren en los préstamos personales online y, también, en aquellos que se tramitan de la forma tradicional, es decir, acudiendo a una oficina bancaria:
- el DNI
- las últimas nóminas y el contrato de trabajo
- un justificante en el que figure su patrimonio
- la escritura de su vivienda (si es propietario) o el contrato de alquiler de su casa
- los recibos habituales que abona cada mes
- un presupuesto del bien que quiere adquirir mediante el préstamo
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la cantidad y el plazo de amortización de los préstamos personales variarán en función de la finalidad con la que se conceda: es decir, no ofrecerá lo mismo uno destinado a la compra de un vehículo, que uno destinado a financiar la matrícula de la universidad o un viaje.
En cuanto a la forma de devolver un préstamo personal, lo habitual es que la entidad que lo concede y el cliente pacten un período de amortización concreto en el que se establecerá una serie de cuotas periódicas (normalmente son mensuales, pero pueden ser semestrales, anuales…). El importe que se abona en cada una de esas cuotas incluirá una parte que corresponde al dinero prestado por el banco y, otra que sirve para abonar los intereses, un mecanismo que se denomina “sistema francés”.
Además, algunos préstamos personales cuentan con períodos de carencia para flexibilizar el pago de la deuda y aliviar el peso que pueda tener en los gastos habituales de un consumidor. Durante estos plazos, el usuario solo pagará intereses (pero no la parte correspondiente al dinero que pidió al banco) por lo que las cuotas se reducen considerablemente.
A la hora de realizar el cálculo de los intereses de un préstamo personal, el consumidor debería fijarse en la Tasa Anual Equivalente (TAE), un indicador que tiene en cuenta cuatro factores esenciales para saber cuánto costará pedir financiación: el interés que cobra cada banco, las comisiones y otros gastos, el plazo de amortización y la cantidad solicitada. Solo de esa forma podrás encontrar préstamos personales baratos dentro de la amplia oferta que hay en el mercado.
1. El Tipo de Interés Nominal (TIN)
Es el interés que cobrará un banco, una entidad especializada o un particular por conceder préstamos personales. Se expresa en forma de porcentaje y, cuanto más bajo sea, más probabilidades tendrás de encontrarte ante un préstamo personal barato.
2. Las comisiones
Pueden ser de diversos tipos, aunque hay tres que se aplican con especial frecuencia. La primera de ellas es la comisión de apertura, que permite compensar a la entidad por los gastos producidos como consecuencia de la formalización del préstamo y de la puesta a disposición del cliente de la cantidad pactada. Este gasto se expresa en forma de porcentaje y no suele superar el 1-2%.
Otra de las comisiones más frecuentes en los préstamos personales es la de estudio. Este cobro permite financiar el análisis previo que tendrá que realizar un banco para averiguar si un cliente es realmente solvente.
Por último, el cliente podría tener que abonar una comisión por cancelación anticipada total o parcial. Estos gastos se cobran cuando el cliente decide que quiere deshacerse de parte (o de toda) la deuda que aún tiene pendiente con una entidad. De esta forma, el consumidor estaría compensando por los intereses que una entidad dejaría de cobrar al haberse reducido la deuda.
Las comisiones y el interés de un préstamo son los dos factores más importantes para determinar si estás ante préstamos personales baratos o si, por el contrario, la oferta que tienes ante ti es cara.
3. El plazo de amortización de la deuda
Es el período que tendrá el consumidor para poder devolver préstamos personales que le hayan concedido. Cuando más largo sea este plazo, mayores serán los intereses que tendrá que abonar el usuario, por lo que resulta recomendable que se opte por los plazos más ajustados posibles. Ahora bien, la parte positiva de alargar el período reside en que, a medida que aumenta, el impacto de las comisiones que se cobran al firmar el contrato se va diluyendo y, por tanto, su TAE baja.
4. La cantidad solicitada
Como te hemos contado, el interés que tendrás que pagar por un préstamo personal se expresa en forma de un porcentaje sobre la cantidad solicitada. Por tanto**, cuanto más dinero pidas, más tendrás que pagar a cambio** a la entidad que te financie.
Los créditos también son productos de financiación que ofrecen los bancos y otras entidades especializadas. Sin embargo, tienen unas características que los diferencian de los préstamos personales. En primer lugar, cuando un banco concede un crédito, no transfiere toda la cantidad de dinero solicitada a la cuenta del cliente sino que la deja a su disposición para que la pueda utilizar en función a sus necesidades. Por tanto, es posible que el usuario utilice todo, una parte o, incluso, nada.
En cuanto a los intereses a pagar, también existen diferencias. Normalmente, el interés que se cobra por un crédito es superior al de los préstamos personales. Además, el cliente solo tendrá que pagar intereses por la cantidad que haya disfrutado, no por todo el dinero que la entidad correspondiente pone a su disposición.
Al igual que sucede con los préstamos personales, los créditos también tienen un plazo de devolución que se fija al cerrar la operación. Sin embargo, cuando este período termina, el cliente puede decidir si quiere cancelarlo o renovarlo.
Algunas comisiones tienen limitaciones legales
Los préstamos personales, como sucede con otros muchos productos bancarios, pueden tener gastos añadidos o comisiones como consecuencia de ciertos trámites que tendrá que realizar la entidad. La mayor parte de estos costes son fijados libremente por la entidad, que solo tiene el deber de informar correctamente al consumidor y de reflejar cuáles serán esos gastos en el contrato del préstamo.
Ahora bien, algunas comisiones también están limitadas por ley, como las de cancelación y reembolso anticipado. En estos dos casos, la normativa actual establece que los bancos no podrán cobrar más de un 1% (si el período que resta hasta que finalice la vida del préstamo supera el año) o de un 0,5% (si es inferior). Además, en el mercado existen préstamos sin comisiones que no cobran nada por estos conceptos.
Los intereses de demora de los préstamos personales también están limitados
Una de las comisiones que las entidades aplican cuando un usuario se retrasa en el pago de las cuotas de los préstamos personales son los intereses de demora. Según una sentencia del Tribunal Supremo, este interés se considerará abusivo si supera en dos puntos porcentuales el interés que normalmente pagaba el consumidor. Es decir, si abonaba un 8%, el interés de demora no podrá superar el 10%.
Las comisiones no solo se aplican como un porcentaje
Normalmente, las comisiones de los préstamos personales se expresan en forma de porcentaje, pero hay que tener en cuenta que, en ocasiones, pueden tener un mínimo en euros. Es decir, aunque se establezca que el dinero a pagar es un tanto por ciento de la cantidad que solicite al banco, se puede fijar un tope mínimo que será una cantidad en euros. Por ejemplo, si un préstamo aplica una comisión por apertura del 1,75%, con un mínimo de 120,20 euros, siempre tendrás que pagar, como mínimo, esa cantidad. Es decir, aunque ese 1,75% equivaliera a 60 euros, el consumidor tendría que pagar, sí o sí, 120,20 euros a la entidad.
Kelisto.es procura mantener la información de cada oferta totalmente actualizada. No obstante, debes tener en cuenta que las condiciones y/o precios que aparecen en nuestra página web son solo orientativos y, en ningún caso, vinculantes. En este sentido, recuerda que: