Todos los préstamos (Diciembre 2024)

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Micropréstamo de Creditio
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Préstamo de Holadinero
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Analiza mi caso
Este ejemplo está basado en una operación en la que el cliente solicita 10.000€, a devolver en 5 años, con un interés fijo del 0,00% TIN (Tipo de Interés Nominal) y una comisión de apertura del 0% de la cantidad solicitada (lo que equivale a 0€). Con estas cifras -y calculado mediante el sistema de amortización francés-, el resultado es que el cliente terminará pagando NaN€ en intereses y otros gastos. Eso significa que tendrá que devolver a su banco un total de NaN€, por lo que el coste real de la operación será del 0% TAE (Tasa Anual Equivalente).
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Minipréstamo de Vivus
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¿Dónde puedo pedir un préstamo?

Si quieres pedir un préstamo, has de saber que estos productos pueden solicitarse en distintos lugares:

  • Bancos y cajas de ahorro: casi todos los bancos y cajas de ahorro permiten conseguir un préstamo a sus clientes.
  • Financieras: en el mercado también existen entidades como Cetelem y Younited Credit cuya actividad comercial gira entorno a la concesión de préstamos personales y otros productos de financiación.
  • Otras empresas: recientemente, empresas no especializadas en la concesión de productos de financiación (por ejemplo, operadores como Movistar) han empezado a comercializar préstamos personales. ¿La pega? Solo están al alcance de sus clientes.

Requisitos para pedir un préstamo

Cada banco, financiera o empresa especializada puede pedir los requisitos para pedir un préstamo que considere oportunos. Sin embargo, estos son los más habituales:

  • Ser mayor de edad y residir legalmente en el país: a la hora de presentar tu solicitud de préstamo, tendrás que incluir documentación, como un documento de identidad en vigor que demuestre que has cumplido los 18 y resides legalmente en España.
  • No formar parte de ningún fichero de morosos: si has incurrido en impagos en el pasado y estás registrado en un fichero como ASNEF o RAI, lo tendrás mucho más difícil para conseguir un préstamo.
  • Demostrar tu solvencia: a la hora de analizar tu perfil de riesgo, el banco o financiera prestará especial atención a tu situación económica para tener la certeza de que dispones de capacidad para devolver tu deuda.
  • Justificar la finalidad del préstamo: otro requisito muy habitual es que la entidad emisora del préstamo te pida justificar por qué necesitas la cantidad de dinero que estás pidiendo y a qué vas a destinarla.

¿Cómo funcionan los préstamos?

Los préstamos son productos de financiación que ofrecen las entidades bancarias para aplazar el pago de gastos como la compra de un coche, la reforma de la vivienda o los estudios de sus hijos. Eso sí, a cambio, la entidad exigirá que pagues unos intereses en un plazo de devolución, que previamente habrás tenido que acordar. Esos intereses son más altos que los de las hipotecas y su plazo de amortización (el tiempo del que dispone el cliente para devolver su deuda) es menor ya que, en este caso, la vivienda no actúa como garantía. La devolución, además, se efectúa mediante el pago de unas cuotas fijas.

Dentro de los préstamos hay muchos tipos en función, por ejemplo, de su finalidad (para la compra de un coche, para la financiación de una reforma del hogar, etc.) de la cantidad prestada (microcréditos), etc.

¿Qué tipos de préstamos se pueden pedir?

Dependiendo de la cantidad que necesites o del plazo en el que quieras devolverla, de lo que desees financiar o de, por ejemplo, si eres asalariado o no, existen distintos tipos de préstamos. Para que aciertes con tu decisión, te recomendamos que tengas en cuenta algunas de sus características:

Préstamos personales

Los préstamos personales son productos de financiación que permiten financiar cualquier compra o proyecto a cambio de que el cliente devuelva su deuda -junto con los intereses generados- en el período de tiempo acordado. Dentro de esta categoría, es posible encontrar desde préstamos que pueden utilizarse para cualquier fin -y que no requieren que el cliente justifique el propósito de la solicitud- como otros que solo pueden utilizarse para casos concretos, como por ejemplo los préstamos para estudios o los préstamos para una reforma de vivienda.

Micropréstamos o microcréditos

Los micropréstamos o microcréditos son productos de financiación que se caracterizan, en primer lugar, por conceder cantidades muy pequeñas que deben devolverse en un período de tiempo muy corto, ya que no suelen ofrecer más de 600 euros a reintegrar en plazos máximos que nunca son superiores a los 45 días. Además, estos productos son mucho menos exigentes con el consumidor (no necesitan que su solvencia sea tan alta como en un producto tradicional) y su tramitación puede realizarse en tan solo unos minutos. Al tener unas exigencias tan bajas, estos productos suelen tener unos intereses mucho más caros que el resto de ofertas de financiación. Estos intereses son los honorarios (que se expresan como una cantidad fija en euros), una cifra que el cliente deberá pagar a cambio de la concesión del dinero y que, por lo general, no bajan del 20% de la cantidad prestada.

Préstamos rápidos

Los préstamos rápidos son productos que están a medio camino entre un préstamo tradicional y un micropréstamo. En este sentido, conceden cantidades que oscilan entre los 600 y los 10.000 euros, con plazos de devolución que suelen ir de los seis meses a los cinco años. Los intereses de estos productos se expresan en forma de TIN y de TAE (como ocurre en un préstamo tradicional) y, aunque pueden ser más elevados que los de un producto clásico, son mucho más asequibles que los de los micropréstamos (alrededor del 15-20% TAE). Si quieres saber cómo conseguir dinero rápido, recuerda que estos productos los comercializan tanto entidades de crédito como bancos tradicionales.

Préstamos preconcedidos

Los préstamos preconcedidos son líneas especiales de financiación que las entidades bancarias ponen a disposición de sus mejores clientes y cuyas características suelen variar en función del perfil de cada consumidor, como verás en este artículo en el que analizamos todo lo que debes saber antes de aceptar un préstamo preconcedido. Por tanto, son productos que solo se dan a clientes con una solvencia alta (con pocas deudas, que siempre han pagado con puntualidad…) y por una cantidad que cambia en función de sus ingresos. A diferencia de lo que sucede con los préstamos genéricos, su tramitación suele ser muy rápida y apenas se requiere de papeleo, ya que la propia entidad ya dispone de la información que necesita para su concesión. Por ejemplo, los anticipos de nómina son un tipo de préstamo preconcedido que permite que el cliente obtenga una cantidad de dinero equivalente a su sueldo, con unas condiciones más ventajosas que las de los préstamos tradicionales. Ahora bien, entérate de todo lo que debes saber antes de pedir un anticipo de nómina a tu banco y evitarás confusiones.

A día de hoy, la mayoría de préstamos son online. Esto se debe a que hay una tendencia creciente hacia la compra de productos a través de Internet. Por esa razón, cada vez son más las entidades bancarias que ofrecen sus préstamos online. El proceso para hacerte con uno de ellos es muy similar al tradicional, pero con una diferencia: no tendrás que desplazarte. Además, recuerda que tendrás que analizar los costes que te supondrá solicitar financiación y consulta si los préstamos sin intereses tienen truco. De esta forma, te evitarás sustos inesperados y contratarás aquella oferta que se ajuste mejor a lo que necesitas.

¿Qué ocurre si tu nombre se encuentra en algún listado de morosos? Si es así, debes saber que hay un catálogo de ofertas de préstamos ASNEF. Es decir, existen préstamos especiales para personas que necesitan financiación y no llegaron a pagar alguna factura.

¿Cómo puedes conseguir préstamos baratos?

Si necesitas financiación, es posible que te plantees qué puedes hacer para conseguir préstamos baratos. Para ayudarte con la búsqueda, puedes utilizar un comparador de préstamos como el de Kelisto, que en solo unos segundos, te permitirá localizar los préstamos con las condiciones más atractivas. Recuerda que para saber el coste real del préstamo tendrás que mirar tanto el interés (TIN) como la Tasa Anual Equivalente (TAE), es decir, cuánto te costará realmente que te presten este dinero, teniendo en cuenta el interés, las comisiones y la cantidad que quieres pedir.

¿Qué diferencias hay entre préstamos e hipotecas?

Las hipotecas son un tipo de préstamo especialmente diseñado para financiar la compra de una vivienda. En muchos aspectos, una hipoteca y un préstamo personal son similares: ambos productos son formas de financiación que ofrecen los bancos y las empresas especializadas, y que exigen que el cliente devuelva su deuda (junto con los intereses generados) en el plazo de tiempo pactado.

Así, la principal diferencia entre un préstamo personal y una hipoteca es el uso al que se quiera destinar la financiación. Sin embargo, existen otras que conviene tener en cuenta. Por ejemplo, en el caso de las hipotecas, el banco suele prestar una cantidad de dinero mayor al cliente, por lo que le exigirá más garantías de que va a devolver su deuda: como mínimo, le pedirá que domicilie su nómina en la entidad y asegure el inmueble mediante la contratación de un seguro de hogar, y, en algunos casos, también podría exigirle vinculaciones adicionales para poder contratar el producto con el mejor interés (como domiciliar recibos o adquirir una tarjeta de crédito).

También conviene destacar que, habitualmente, el tipo de interés medio de las hipotecas es más reducido que el de los préstamos personales, y que su plazo de amortización suele ser mayor. Como sucede con los préstamos, hay distintos tipos de hipotecas (fijas, variables y mixtas) y cada una de ellas tiene unas características con las que debes familiarizarte antes de decidir contratarlas.

Préstamos y créditos: ¿son lo mismo?

Un crédito es una cantidad de dinero, con un límite fijado, que una entidad pone a disposición de un cliente. A diferencia de lo que sucede con un préstamo, al usuario no se le entrega esa cantidad de golpe al inicio de la operación, sino que podrá utilizarla según las necesidades de cada momento, bien mediante un ingreso en su cuenta bancaria o bien mediante una tarjeta de crédito. Es decir, la entidad irá realizando entregas parciales. Puede ser que el cliente disponga de todo el dinero concedido, o sólo una parte o nada. En este caso, sólo pagará intereses por el dinero del que efectivamente haya dispuesto, aunque suele cobrarse, además, una comisión mínima sobre el saldo no dispuesto.

Conviene señalar que los bancos ofrecen cada vez menos créditos, porque otro producto, las tarjetas de crédito, les han ido comiendo terreno, ya que se trata de una alternativa más ágil y práctica para los clientes.

¿Cómo puedo encontrar los mejores préstamos?

Los elementos, que tendrás que analizar para identificar los mejores préstamos personales del mercado son:

El interés

Es el "precio" del préstamo, es decir, lo que un banco o cualquier entidad cobrará al consumidor por concederle una cantidad determinada de dinero. Se refleja en el TIN (Tipo de Interés Nominal) que es el interés aplicado, y la TAE (Tasa Anual Equivalente), que no solo engloba el interés, sino que también tiene en cuenta otros gastos (como las comisiones) y el plazo de amortización elegido por el cliente.

Las comisiones

Cuando vayas a contratar un préstamo, debes fijarte en varios costes. Por ejemplo, la comisión de apertura , que es la que se cobra por la formalización de la operación y de la puesta a disposición del cliente del dinero que ha solicitado; la comisión de estudio , que son los gastos generados por el estudio que debe hacer el banco para verificar que un cliente es realmente solvente y para establecer las características de la operación; y la comisión por cancelación anticipada, que es la que se cobra al cliente cuando este decide finiquitar toda (o parte de) la deuda pendiente que tiene con su entidad y sirve para compensar por los intereses que dicha entidad dejaría de percibir.

Los productos vinculados

Son los productos adicionales que un consumidor tendrá que contratar si desea beneficiarse de la oferta de financiación más ventajosa de una entidad.

El plazo de amortización

Es el período que tiene el consumidor para devolver el dinero a su entidad mediante cuotas regulares. Cuanto más largo sea ese plazo, mayores serán los intereses que tendrá que pagar por un préstamo pero, al mismo tiempo, más se diluirá el impacto que tienen las comisiones sobre el coste anual del producto.

La cantidad máxima que permite solicitar

Es la cifra que una entidad podría llegar a prestar a un consumidor. Normalmente, esta cantidad se adapta al tipo de producto o servicio que se pretende abonar.

¿Cómo calcular los intereses que pagarás por un préstamo?

Para calcular los intereses que pagarás por un préstamo, el primer dato en el que debes fijarte es el Tipo de Interés Nominal o TIN, que es el parámetro que te indicará qué porcentaje de la cantidad que quieras pedir te cobrará tu banco por prestarte dinero. Con este dato, podrás utilizar herramientas gratuitas como la calculadora de préstamos del Banco de España para descubrir el total de intereses que pagarás por tu préstamo. Ahora bien, si lo que quieres es determinar qué cantidad de tu cuota mensual se corresponde al pago de intereses y cuál a la devolución del capital principal, tendrás que consultar el cuadro de amortización de tu préstamo.

Por lo demás, conviene recordar que los intereses no son los únicos gastos asociados a un préstamo, ya que también te pueden cobrar comisiones e incluso, en raras ocasiones, conllevar el coste adicional de la contratación de productos asociados. Por tanto, para conocer el coste real de un préstamo, conviene que te fijes en la TAE (Tasa Anual Equivalente), ya que ésta engloba el tipo de interés, las comisiones y el plazo al que se solicitará. Es decir, todas las variables que influirán en el coste que tendrás que pagar a cambio de recibir la financiación.

Es obligatorio por ley que la TAE aparezca en la publicidad de las ofertas de préstamos, en la información precontractual que te entregará el banco y en el propio contrato. Además, para que puedas realizar un cálculo previo y compares varias ofertas, el Banco de España ofrece un simulador, que te permite calcular la TAE.

¿Cómo se pueden pagar los préstamos?

Habitualmente, los préstamos se abonan estableciendo una serie de cuotas periódicas con las que el cliente irá devolviendo a la entidad, poco a poco, la cantidad prestada. Lo normal es que estas cuotas sean mensuales (aunque se pueden negociar otras condiciones) y que en ellas se pague una parte del capital solicitado y una parte de intereses.

Algunas entidades ofrecen, además, la posibilidad de que sus clientes disfruten de un período de carencia. Durante este plazo, el usuario solo abonará la parte correspondiente a los intereses de los préstamos, lo que le permitirá reducir significativamente el esfuerzo económico que realiza para devolver su deuda.

¿Qué ocurre cuando no se pagan los préstamos?

Cuando un cliente no puede hacer frente al pago de las cuotas de un préstamo, su entidad le cobrará unos intereses de demora que son más elevados que los intereses habituales de los préstamos.

Hasta mayo de 2015, no existían límites para este tipo de intereses, por lo que cada banco o establecimiento de crédito podía cobrar lo que quisiera a los usuarios que se retrasaran en el pago de sus cuotas. Sin embargo, el 14 de mayo de 2015 el Tribunal Supremo declaró que aquellos intereses de demora que superaran en más de dos puntos el tipo de interés aplicado habitualmente por un préstamo serían declarados abusivos, una decisión que sienta jurisprudencia. Por tanto, si un préstamo cobra un TIN del 8%, sus intereses de demora no deberían ser superiores al 10%.

Ahora bien, ¿qué pasa si una situación de impago se prolonga en el tiempo? En ese caso, la entidad que haya concedido el préstamo tiene derecho a conseguir el dinero que el cliente le debe siguiendo el procedimiento que dicta la Ley de Enjuiciamiento Civil. Por tanto, podrá proceder a embargar los bienes del consumidor.

¿Qué derechos tienen los consumidores que contratan préstamos?

La Directiva de créditos al consumo es una normativa europea que permite proteger los derechos de aquellos usuarios que soliciten un préstamo de entre 200 y 75.000 euros. Los principales aspectos que recoge son:

  • El derecho a recibir una publicidad transparente: la publicidad de los préstamos debe incluir datos como la TAE, el tipo de interés (si es fijo o variable) o la duración del contrato. Esta información debe mostrarse de una manera transparente y clara, e irá acompañada de un ejemplo que aclare las posibles dudas del usuario.
  • El derecho a disponer de información antes de la firma del contrato: antes de firmar un contrato de préstamos, cualquier cliente tiene derecho a recibir un "documento de información normalizada europea sobre el crédito al consumo", es decir, un archivo en el que aparezcan datos esenciales para garantizar que el usuario está correctamente informado de las condiciones del producto que va a adquirir.
  • El derecho a contar con información clara en el contrato : todos los datos que el consumidor ha recibido en la publicidad y en la información previa a la firma del contrato de su préstamo deben quedar reflejados en el contrato.
  • El derecho a cambiar de opinión: la normativa europea permite que un consumidor se arrepienta de haber solicitado un préstamo personal. En concreto, le otorga un plazo de 14 días para poder rechazar el contrato que firmó. Eso sí, cuando lo haga tendrá que devolver la cantidad de dinero que se le hubiera transferido, los intereses y las comisiones no reembolsables, en caso de que las hubiera.
  • El derecho a un reembolso anticipado: si un consumidor tiene un dinero extra y desea liquidar parte de la deuda con el banco tendrá que poder hacerlo. Eso sí, esta operación podría tener un coste para el cliente. En concreto, su entidad podría cobrarle una comisión que no debería ser superior al 0,5-1% y que, en cualquier caso, nunca puede superar el interés que habría tenido que pagar en caso de que hubiera seguido abonando su deuda con normalidad.