Entre los productos de ahorro de los bancos, destacan depósitos como los que ING ofrece a sus clientes. ¿Cómo funcionan estos productos? Los clientes ingresan la cantidad que consideren en el banco, y a cambio, casi siempre, pueden lograr una rentabilidad por sus ahorros.
Lo primero que encontrarás cuando revises las características de los depósitos de ING es que tienen un TIN (Tipo de Interés Nominal) y una TAE (Tasa Anual Equivalente), que se corresponde con el porcentaje que recibirás a cambio de mantener tus ahorros en el banco. Estos intereses están asociados a un período concreto, aunque vienen establecidos de antemano, que es por los que los denominamos depósitos a plazo fijo de ING.
Por norma general, la entidad propondrá diferentes intervalos de tiempo. Es importante que elijas bien, sobre todo si tenemos en cuenta que aunque los depósitos a plazo fijo de ING tienen liquidez total –es decir, que el banco te permitirá retirar tu dinero cuando lo necesites- también es probable que te cobren una penalización por la cancelación anticipada. A día de hoy, esa penalización consiste en que, si retiras tu dinero antes de tiempo, ING no te aplicará ningún interés a tus ahorros: es decir, simplemente recuperarás el dinero que habías mantenido inmovilizado, sin nada adicional.
Otro aspecto a tener en cuenta antes de decidir si los depósitos de ING se ajustan realmente a tus necesidades es la cantidad mínima y la máxima que te dejarán ingresar, así como los límites de la rentabilidad total que puedes conseguir.
Es posible que tu depósito a plazo fijo de ING esté vinculado a otro de los productos de la entidad, en cuyo caso te aconsejamos que revises también sus condiciones. También tienes que estar atento al precio de apertura de tu depósito de ING, que no siempre te saldrá gratis, o a las comisiones de mantenimiento que pueden venir asociadas a él –si bien estas no son muy habituales-.