En los últimos años los depósitos de Ibercaja, similares a los de otros bancos, se han convertido en una forma de sacar rentabilidad a tus ahorros sin asumir los riesgos que entrañan otras formas de inversión. Además, frente a los depósitos a la vista –que finalmente son cuentas de ahorro y no siempre ofrecen un pago de intereses por tu dinero- y los estructurados y combinados –que dependen de otros productos- con los depósitos a plazo fijo de Ibercaja sabrás desde el primer minuto cuánto recibirás por tu dinero.
Al contratar los depósitos a plazo fijo de Ibercaja, tendrás que fijarte sobre todo en el TIN (Tipo de Interés Nominal) y la TAE (Tasa Anual Equivalente), que determinan los intereses que recibirás a cambio de tener tu dinero ingresado en el banco.
Tendrás que mantener el dinero en tu depósito de Ibercaja durante el tiempo que acuerdes con la entidad, aunque podrás cancelarlo antes de tiempo de forma parcial o total –casi siempre abonando una comisión por la anulación anticipada y bajo el riesgo de que el banco solo te pague una parte del dinero extra conseguido a modo de penalización-.
En cuanto al cobro de los intereses generados, en el caso de los depósitos a plazo fijo de Ibercaja, recibirás tus ganancias al vencimiento del producto, es decir, cuando haya acabado el período establecido para su duración.
Aunque casi siempre te saldrá gratis abrir un depósito de Ibercaja, a veces los bancos cobran una comisión por el mantenimiento de estos productos y, a pesar de que no es habitual, también podrían exigirte que tu depósito esté vinculado a una de sus cuentas, tarjetas o fondos de inversión.
Si te preocupa la seguridad que garantizan los depósitos a plazo fijo de Ibercaja, te recordamos que estos productos están protegidos por el FGD (Fondo de Garantía de Depósitos), lo que te evitará problemas para recuperar tu dinero incluso si la entidad quiebra.