Entre los depósitos de Laboral Kutxa están los conocidos como depósitos a la vista –entre los que figuran las cuentas de ahorro, las cuentas nómina y las cuentas corrientes- y los de plazo fijo, que por norma general ofrecen más rentabilidad a cambio, eso sí, de que renuncies a mover tu dinero durante un período de tiempo pactado.
Lo primero en lo que debes fijarte cuando te plantees contratar un depósito a plazo fijo de Laboral Kutxa es el TIN (Tipo de Interés Nominal) y la TAE (Tasa Anual Equivalente). Estos porcentajes expresan los beneficios que conseguirás al contratar el producto. Claro que, para acabar de decidir si te compensan las condiciones, todavía tendrás que valorar si puedes invertir la cantidad mínima –y la máxima- establecida y si estás dispuesto a no hacer pagos o transferencias con tus ahorros durante el tiempo exigido.
Como es imposible prever gastos que pueden obligarte a recurrir a tu dinero, los depósitos a plazo fijo de Laboral Kutxa prometen un 100% de liquidez. Eso sí, para recuperar la cuantía tendrás que cancelar total o parcialmente la oferta, lo que a veces puede conllevar una penalización. Como mucho, esta puede costar lo mismo que los intereses generados, así que nunca perderás nada de lo que hubieras ingresado.
Otros costes con los que puedes encontrarte al contratar un depósito a plazo fijo de Laboral Kutxa son las comisiones de apertura o mantenimiento.
Debes saber que los depósitos de Laboral Kutxa están adheridos al Fondo de Garantía de Depósitos Español que, en caso de quiebra, asume los reintegros –con un límite de 100.000 euros- a los clientes de estos productos.